Normalmente en secundaria la valoración del aprendizaje de los alumnos, se hace a través de varios tipos de herramientas, el examen que suele ser al final del proceso, el trabajo en clase, donde normalmente el alumno tiene que realizar alguna tarea solo o en compañía de otros, a través del trabajo diario y de aquellos que trabaja en casa, de exposiciones orales en clase que han podido ser preparadas o no. Todos estos tienen por parte del departamento unos porcentajes con respecto a la calificación final de alumno. Lo interesante de ello, es que todos los miembros que componemos el departamento llegamos a un acuerdo para la aplicación de los mismos, y de ahí que sea enriquecedor y tenga posibilidades de modificación una vez realizada nuestra memoria y evaluación de nuestra propia práctica docente.
En mi centro educativo los profesores realizan una evaluación de su práctica docente, normalmente no es entre semejante, no existe otro docente que entre en tu clase y te observe, si no que lo que hacemos en pasar de forma periódica una serie de preguntas (cuestionario) a nuestros alumnos para saber qué es lo que piensan de nuestro trabajo. De ese cuestionario obtenemos muchísima información relevante para mejorar el trabajo en el aula con los alumnos. En muchas ocasiones los alumnos han notado que la clase ha tenido una mayor carga gramatical que comunicativa, o que no se ha trabajado la forma escrita, etc., con eso concseguimos introducir cambios varios a lo largo del siguiente curso.
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